Adán y Eva estaban muy felices en el huerto tan bello que Dios les había dado. Tenían toda clase de verduras y de fruta de los árboles para comer. Dios les dijo que podrían comer de todas las hierbas verdes de la tierra. También les puso una regla que debían obedecer. Dios les dijo, “Ustedes pueden comer de todos los árboles del huerto, menos uno. De este árbol que está en medio del huerto, no deben comer nunca. Si comen del fruto de este árbol, morirán.” Por un tiempo, Adán y Eva recordaron lo que Dios había dicho y le obedecieron. Pero un día algo terrible sucedió. La serpiente vino y dijo a Eva, “¿De veras te dijo Dios que no comas de todos los árboles del huerto?” La serpiente le dijo que si desobedecieran la regla de Dios, no morirían. Eva se puso a pensar en lo que la serpiente le dijo. Quedó mirando la fruta de aquel árbol y tomó un poco de ella, porque le gustó. Al fin Eva comió la fruta y dio un poco a Adán también, y él se la comió. Después de comer, se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que andaban desnudos. Sintieron vergüenza, así que tomaron hojas de una higuera y las cosieron para cubrirse con ellas, y luego se escondieron de la presencia de Dios. Cuando Adán y Eva comieron de aquella fruta, desobedecieron a Dios. Hicieron lo que Dios les había dicho que no hicieran. El desobedecer a Dios es pecado, y ahora el pecado había entrado en el mundo por medio de ellos. El Señor Dios vino andando en el huerto en la tarde y les habló a Adán y a Eva. Les dijo que ya que ellos habían pecado, no podrían quedar más en el hermoso huerto que Él les había dado. Los sacó a otro lugar para vivir. Ahora tendrían que trabajar muy duros, y al fin algún día morirían. El pecado, las cosas malas que hacemos siempre traen consecuencias. El pecado nos separa de Dios. Pero ya que Dios nos ama tanto, Él hizo una promesa . Dios prometió que algún día vendría un Salvador para quitar el pecado del mundo. Este Salvador es Jesucristo. Jesús trae el regalo de la salvación de parte de Dios para tí y para mí.
NO SIEMPRE ES FÁCIL OBEDECER PERO DEBEMOS HACERLO. DIOS NOS LOS DICE EN LA BIBLIA
Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra Juan 14:23
Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre
y no abandones la enseñanza de tu madre. Proverbios 6:20
Guarda los mandatos del SEÑOR tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito , para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas.1 Reyes 2:3
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